Un colibrí deshoja la tarde
bajo sus alas retumban las vidas silenciadas,
la zozobra de las no respuestas
la plegaria lanzada al viento sin rumbo.
Un colibrí deshoja los días bajo la higuera
se le abre el pecho sobre una fosa,
sobre otra fosa…
sobre otra fosa.
Un colibrí deshoja la rabia de una madre,
la de muchas madres
y susurra a las sombras de la tierra
demasiados nombres.
Un colibrí deshoja un beso sin labios
el dolor que cubre esta patria,
amordazada
con los pies hundidos en el llanto.
Qué bello y cuánto dolor transmite. Un beso.
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¡Gracias Crissanta! Un abrazo
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Que intenso… gracias por compartir.
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