Les comparto este poema de Ana Conde Menazzi:
La calle no es prisión
ni detiene mis ojos recorriendo el plasma de tus piernas
con la voluntad absorta de mis venas
pecando sobre la perversa ambigüedad que retratan mis penas.
Hablo de antes, no de ahora, ni después.
Antes de la muerte, antes de la vida.
Está este útero vacío,
este vicio negro cruzando la autopista,
el grito del orgasmo,
el salvaje llanto de los desaparecidos el 24 de marzo.
Llora, caucásica muchedumbre.
Espina de la villa,
jodida esquina de la misma comparsita.
Mierda que duele.
Te lloro desde la angustia lisérgica misma.
Quizás encuentre la sabia cuchilla en filo
y tuerza cada maldito suicidio.
Vamos, salgamos de esta cíclope penumbra.
La luz es un vitral confuso,
el calidoscopio del vómito que recuerda mi boca
vaciada de saliva sobre tus piernas
que yacen por fuera de mí sepulcro.
Increíble poema, sus sonidos desgarradores marcan el ritmo del dolor inmenso.
Felicitaciones a su autora.
Un saludo.
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Poema desgarrador.: 24 de marzo, trágica fecha en la que también asesinaron a Monseñor Romero, en El Salvador.
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MUY CON UN MUY BUEN DESARROLLO
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