Tiranos y víctimas

Tiranos,
fanáticos de toda índole.
Indeseable plaga devastadora
que lo ha sido y es.
Espejos sagrados para demasiados.
Deidades ungidas por la espada del terror.
Autócratas inquisitivos
que arrastran a sus pueblos
hacia oscuros callejones de miseria y crueldad.

Víctimas,
seres inocentes ahogados en la sima del espanto.
Rostros consumidos en la desesperanza.
Presas fáciles de carroñeros y depredadores.
Vidas degradadas que perviven en la sombra
y en silencios que hielan la sangre.

                 Isabel F. Bernaldo de Quirós

(De mi libro «Luz velada», Ed. Vitruvio, Baños del Carmen).

Ambrogio Lorenzetti - Allegoria del Cattivo Governo 1338

Alegoría del mal gobierno de Ambrogio Lorenzetti (1338). El tirano, en el centro y con aspecto demoníaco, representa el poder absoluto. Le rodean la Avaricia, la Soberbia y la Vanagloria. A su derecha se encuentran la Crueldad, la Traición y el Fraude, y a su izquierda, el Furor, la Envidia y un «diablillo». Bajo el trono, la Justicia (de blanco), maniatada, aparece abatida por impotencia.

16 comentarios en “Tiranos y víctimas

  1. Julie Sopetrán dijo:

    Y así sucede, los tiranos son los que mandan y deciden y las víctimas somos todos, la alegoría sigue vigente y ojalá pudiéramos hacer algo por esta humanidad, los que lo vemos y lo percibimos y lo sufrimos día a día… Un excelente poema y una gran sensibilidad para transmitir lo que está pasando en el mundo. Mi abrazo fuerte y mi cariño, Isabel.

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  2. Alfonso Cebrián dijo:

    Hay cosas que no cambian. Miras la «Alegoría…» y la rellenas a tu gusto: hay un elenco de personajes que bien pueden figurar; también los Savonarolas de turno con su «hoguera de las vanidades» sobre cuatro ruedas. Aunque, bien mirado, como escribe hoy Antonio Muñoz Molina en «Todo son vísperas» (Babelia. El País): «Sería triste que nos hiciera falta perder lo que tanto costó ganar para saber apreciarlo, para avergonzarnos de no haberlo defendido», en referencia al ascenso y promoción de los nuevos tiranos que, añadidos a los ya existentes, acabarían con el único mundo de libertad y tolerancia que hemos sabido inventar a lo largo de una historia penosa y dura para la mayoría.

    La oposición entre tirano y víctima está muy bien marcada en tu poema. Hay que repudiar al tirano y no dejarse arrastrar por él, defenderse, aunque sea con la íntima expresión atribuida a Galileo: «Eppur si muove».

    Muchas gracias por tu poema y un abrazo fuerte.
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  3. Borgeano dijo:

    El comentario de Alfonso Cebrián es tan bueno que me exime de toda posibilidad de igualarlo o siquiera de alcanzarlo; por lo tanto refrendo sus palabras, es todo lo que puedo hacer.
    El poema, como no puede ser de otra manera, es estupendo.

    Un abrazo.

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