
«Centroamérica. Niños refugiados», por Julio Alejandre
─Toda la noche fue de andar y andar, una cadena larga de gente que se movía y daba vueltas igual que las revueltas del propio camino.
─Todos en la misma cadena.
─Todos. El que tenía algo y el que no tenía nada, el que debía como el que no.
─Cabal, es que las bombas no respetaban a nadie.
─Ni tampoco los que vinieron detrás.
─Fue noche de andar huyendo.
─Huyendo por entre los cerros y las sierras, buscando las hondonadas, la oscuridad de los árboles, huyendo por las veredas y las trochas de los animales y los animales. Perseguidos, acosados, atrapados estábamos entre el yunque y el martillo.
─De miedo fue la noche.
─Miedo de que nos descubrieran y nos mataran a todos, que nos mataran como masacraron a tantos. Balaceados. Quemados.
─Botados al río.
─A más de uno lo hicieron así.
─Crucificados en los cercos.
─Peor que a Nuestro Señor
─Miedo de que nos masacraran a nosotros también.
─Y no había otro ruido que el de los pasos de tanta gente que caminaba en silencio, un silencio tan terrible, tan terrible que todavía lo tengo tallado en la memoria, amasado con miedo y polvo y pasos y con más miedo.
─Un silencio de sí o sí.
─Con la tropa por todos lados, peinando los cerros, los campos, la montaña, peinándola apretaditos, igual a los dientes de un quitaliendres.
─Un silencio de morirse.
─De no oírse ni el llanto de una criatura, porque las madres con trapos les cerraban las bocas, con trapos bien apretados aunque se ahogaran, aunque reventaran de un sofocón.
─Qué brutas que fuimos, verdad.
─Verdad, y yo la que más.
─Pero era el miedo, vos, el miedo a morirse.
─Es que era una criatura. ¿Qué debía ella?
─Ya no te atormentes más, mujer. La pobrecita se murió y se murió.
Una verdad muy dolorosa. Gracias por denunciarlo.
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Cierto. Por desgracia los refugiados son un «problema» que viene de muy atrás
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Muchos somos refugiados, o inmigrantes o nos movimos de un lugar a otro buscando mejores cosas. Si eso es un «problema» habrá que buscarle solución. No se detendrá jamás. Está en la naturaleza humana emigrar.
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Tú lo has dicho
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Bienvenido a Arte y denuncia, Julio. Es un placer tenerte aquí. Respecto a tu relato, me quedé sin palabras y con un nudo en el corazón. Gracias por compartir tu obra en este espacio. Saludos.
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Gracias Crissanta. En un espacio como este, ganamos todos
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Poco puedo añadir a lo que dicen mis compañeras: este blog me gusta incluso más desde que cuenta con tus escritos.
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