Mirando las joyas

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Hoy me paré a mirar un viejo escaparate

es de una joyería estable en mi camino;

y me vino a la mente algún lugar lejano

letal para ese niño obrero de la mina.

Hoy es San Valentín las joyas se cotizan

soles, lunas, y el brillo aciago que conecta

y así, cuenta me doy, que la gema es humana.

El niño que separa el oro del mercurio

el veneno que el aire expande entre las llamas

la enfermedad no cuenta, el rico compra todo.

Es San Valentín, la luna se ha escondido

y me paro a mirar la vieja joyería

veo por el espejo, el trabajo ilegal

y el mercurio de termómetro entre sus manos…

Metal hiriente, líquidos envenenados

entre la inocencia de millones de niños.

La amalgama está lista, el oro se separa

y las llamas muerden cual peligrosos monstruos

para niños de África, América latina…

«y mi papá es minero y si tenemos hambre…»

La salud se fractura y la familia sufre

mientras la joya brilla un sentimiento oculto.

 

©Julie Sopetrán

8 comentarios en “Mirando las joyas

  1. Isabel F. Bernaldo de Quirós dijo:

    Muchas gracias por este poema reivindicativo que afecta al abuso del poder sobre la infancia. No es tanto que existan o podamos disponer de joyas, el pecado es de quienes contratan y consienten que quienes trabajen -y en las condiciones que lo hacen- sean niños. Oro, plata, cobre, carbón, mercurio, ropa, alimentos… es la violación del derecho de los niños que se incumple reiterativamente. ¡habría tanto que denunciar!
    Un fuerte abrazo.

    Le gusta a 2 personas

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