Es un día normal…
Camino a la escuela
veo al chico que me gusta
y me da una tarjeta.
Sonrío.
Uno como cualquier otro,
repaso la lección que impartiré
hoy,
y escribo en el pizarrón
«Página noventa y tres».
Un día soleado,
jugaré al futbol con mis amigos
al salir a las tres:
mi vida es maravillosa.
Me río de mi novio,
14 de febrero:
día del amor…
quiere hacerlo conmigo
por primera vez…
Pratatatatá, pratatatatá…
¡Se oyen mil disparos!
Y me echo al suelo,
texteo a mi madre,
«Hay un tiroteo»
¡Voy a morir hoy!
¡Todo se termina!
Pratatatatá, pratatatatá…
Mi vida comienza,
no quiero morir.
¿Dónde estás, mamita?
Tengo mucho miedo.
Pratatatatá, pratatatatá…
¿Dónde está mi niño?
Le ruego que diga,
es la luz de mi vida
y solo tiene catorce años.
Pratatatatá, pratatatatá…
¡Tengo derecho a tener armas!
¡Tengo derecho a defenderme,
lo dice la Constitución!
Mi derecho es más importante
que la vida,
me apoya el Presidente.
Pratatatatá, pratatatatá…
El político mira hacia el lado,
Blah, blah, blah, blah, blah…
Sus manos están llenas
de sangre y corrupción.
Pratatatatá, pratatá…
Son solo diecisiete,
diecisiete… esta vez.
Imagen de dominio público (CCo): https://pixabay.com/en/apple-education-school-knowledge-256262/
Qué fuerte que haya cada vez más casos de este tipo de violencia en las escuelas. El terror que deben haber sentido esos chicos… Gracias por compartirlo, Melba.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es terrible y las soluciones inaceptables. Los estudiantes no deben tener miedo en las escuelas. Gracias por comentar.
Me gustaLe gusta a 1 persona