Indignación, impotencia, rabia, dolor…, miedo. Cuando veáis ‘Ciutat morta’ (Ciudad muerta) lo entenderéis. Si ya habéis visto el documental valiente de Xapo Ortega y Xavier Artigas, periodismo comprometido, del que toma partido por la justicia (la real, no la institucional) sin ambigüedades, imagino que, como me pasa a mí, no habéis podido dejar de darle vueltas desde entonces.
Es muy inquietante llegar a la conclusión de que lo que hicieron con los chicos del llamado caso ‘4F’ podría pasarle a cualquiera. Puedo llegar a entender que la policía se equivoque al detener a los presuntos culpables de un incidente tan lamentable como la agresión que sufrió aquel 4 de febrero de 2006 un agente de la guardia urbana de Barcelona, que lo dejó al borde de la muerte por un terrible impacto en la cabeza.
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