Llueve en la habitación.
Si esto
fuera un verso
podría ser un buen verso
para empezar un poema.
Un poema de amor, desamor
de paso del tiempo o
uno de esos que
no entiendo
pero amo.
Podría ser hermoso
y alegre
y quizás alguien
en algún lugar
lo leyera
y lo hiciera suyo.
Pero no.
“Llueve en la habitación”*
no es un verso.
*La gotera ocupaba toda la sala// Sala 1 del hospital// Habían colocado unos plásticos a modo de guía para que las gotas —caprichosas— no tuvieran otro recorrido hacia suelo// que al cubo// Esperábamos nuestro turno// El mío 16 A// Y esperábamos viendo cómo se llenaba igual que una clepsidra grotesca// Llueve en la habitación// Ahora los hospitales los llaman Fundaciones y el dinero público lo gastan —gota a gota— de forma privada// Se está desbordando// Llueve en la habitación// Por desgracia, algunos pacientes no somos rentables.