Hoy me paré a mirar un viejo escaparate
es de una joyería estable en mi camino;
y me vino a la mente algún lugar lejano
letal para ese niño obrero de la mina.
Hoy es San Valentín las joyas se cotizan
soles, lunas, y el brillo aciago que conecta
y así, cuenta me doy, que la gema es humana.
El niño que separa el oro del mercurio
el veneno que el aire expande entre las llamas
la enfermedad no cuenta, el rico compra todo.
Es San Valentín, la luna se ha escondido
y me paro a mirar la vieja joyería
veo por el espejo, el trabajo ilegal
y el mercurio de termómetro entre sus manos…
Metal hiriente, líquidos envenenados
entre la inocencia de millones de niños.
La amalgama está lista, el oro se separa
y las llamas muerden cual peligrosos monstruos
para niños de África, América latina…
«y mi papá es minero y si tenemos hambre…»
La salud se fractura y la familia sufre
mientras la joya brilla un sentimiento oculto.
©Julie Sopetrán
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